NEWARK, NUEVA JERSEY — El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, volvió a demostrar que es fanático de pura cepa de las MMA al darse cita este sábado en la UFC 316 en el Prudential Center. Trump entró al ritmo de “American Bad Ass” de Kid Rock y recibió una ovación de esas que estremecen el coliseo, mientras saludaba a todo el mundo, incluyendo al legendario Mike Tyson.
Acompañado por el presidente de UFC, Dana White, y su familia —Ivanka Trump, Jared Kushner y Eric Trump—, Trump llegó justo a tiempo para el primer combate estelar de la noche, donde Kevin Holland sometió a Vicente Luque con un mataleón de película. Holland no perdió tiempo: brincó la jaula y fue directo a chocar manos con el presidente y con White, llevándose el reconocimiento antes de su entrevista post pelea.
Durante la cartelera, Trump también saludó al equipo de transmisión, incluyendo al reconocido Joe Rogan, quien ya lo ha tenido de invitado en su podcast.
La noche prometía candela con dos peleas de campeonato en agenda: Julianna Peña y Merab Dvalishvili defendiendo sus títulos de las 135 libras. Trump, fanático de larga data, no despegó la mirada del octágono, disfrutando cada zurdazo, patada y derribo.
La relación entre Trump y Dana White viene de tiempo atrás, cuando en los 2000 White organizaba carteleras en el entonces Trump Taj Mahal de Atlantic City. Desde ahí, su alianza se ha mantenido firme, dentro y fuera del octágono.
Una vez más, Trump demostró que, aunque manda en la Casa Blanca, también sabe dónde hay que estar cuando suenan los puños: cageside en la UFC.
Fuente AP
