Carolina pierde a sus campeones, pero la pasión de sus fanáticos no se muda – La sorpresiva mudanza de los Gigantes del Baloncesto Superior Nacional (BSN) desde Carolina hacia Canóvanas ha venido acompañada de un respaldo masivo de la fanaticada. Un coliseo abarrotado de seguidores en la nueva sede es testimonio vivo de que, aunque el equipo cambió de municipio, el corazón de sus fanáticos sigue latiendo con fuerza en cada juego. En esta crónica deportiva repasamos cómo los problemas con el municipio de Carolina forzaron la salida del equipo, y cómo esa misma situación desató una ola de lealtad y entusiasmo que ha encontrado un nuevo hogar en el Coliseo Carlos Miguel Mangual de Canóvanas. La transición representa una pérdida significativa para Carolina, mientras Canóvanas ha aprovechado la oportunidad con una gestión visionaria y una estrategia sólida para integrarse al BSN.
Traslado forzado por problemas en Carolina
La temporada 2025 del BSN marcará un hito inesperado: por primera vez en décadas Carolina no tendrá baloncesto superior. La salida de los Gigantes, actuales campeones del BSN (ganaron el título en 2023 ), se concretó luego de una agria disputa con las autoridades carolinenses. El alcalde de Carolina, José Carlos Aponte Dalmau, cerró las puertas del Coliseo Guillermo Angulo al equipo alegando incumplimientos de contrato por parte de la franquicia . Según denunció el municipio, los Gigantes habrían realizado instalaciones no autorizadas – como cantinas en áreas improvisadas sin permisos, publicidad con lenguaje considerado soez en las instalaciones, e incluso ocasionado daños al tabloncillo con material adhesivo – violando así el acuerdo de uso de la cancha . La gerencia de los Gigantes refutó públicamente esas alegaciones presentando evidencia de que sí habían tramitado los permisos necesarios para las mejoras realizadas .
Pese a los intentos de diálogo, la relación con el ayuntamiento se deterioró rápidamente. “Lo intentamos todo… pero nunca recibimos comunicación del municipio. Este año nuestra familia se moverá a una nueva casa, Canóvanas”, expresó con resignación Héctor Horta, apoderado de los Gigantes, al anunciar la decisión . Sin apoyo institucional en Carolina, el equipo se vio forzado a buscar un nuevo hogar para poder disputar la temporada 2025 . La liga BSN aprobó unánimemente la mudanza y congeló la franquicia de Carolina por tiempo indefinido , poniendo fin – al menos temporalmente – a la era del “Calentón” en la Tierra de Gigantes. Irónicamente, apenas dos años después de que la BSN mudara la franquicia Cariduros de Fajardo a Carolina en 2021 y de que los Gigantes conquistaran el primer campeonato en la historia de la franquicia en 2023 , Carolina se queda sin equipo en su coliseo. El golpe emocional para la ciudad ha sido fuerte, con muchos fanáticos carolinenses sintiendo que perdieron algo más que un juego: perdieron un símbolo de orgullo deportivo local.
Lealtad inquebrantable de la fanaticada
A pesar de la incertidumbre y la tristeza inicial, la fanaticada nunca le dio la espalda al equipo. Incluso antes de concretarse la mudanza, seguidores de los Gigantes realizaron manifestaciones frente a la alcaldía de Carolina para expresar su desacuerdo con el desalojo del equipo . Esta lealtad se ha traducido en un apoyo aún más sólido una vez el quinteto anunció su nueva sede. “Ahora tenemos un apoyo más grande que nunca. Estoy sumamente honrado por este movimiento que se ha creado. Tenemos la unión de dos pueblos y de una región completa. Estoy confiado en que nuestra fanaticada abarrotará este coliseo”, afirmó Héctor Horta, resaltando cómo las aficiones de Carolina y Canóvanas hoy se unen en una sola voz . Sus palabras no quedaron en promesa vacía: los fanáticos han respondido de forma abrumadora.
La afición de los Gigantes llenó a capacidad el Coliseo Carlos Miguel Mangual en Canóvanas desde el primer partido en su nueva casa. La imagen muestra el coliseo abarrotado durante un juego, reflejando el masivo respaldo de la fanaticada al equipo.
Desde el debut de los Gigantes en Canóvanas, el Coliseo Carlos Miguel Mangual ha estado a casa llena. Con una capacidad máxima de 5,500 espectadores, las entradas para la noche inaugural se vendieron en su totalidad , transformando la instalación en un mar de camisas rojas y negras (colores del equipo) y creando un ambiente ensordecedor. Aficionados de todas las edades, muchos de ellos provenientes de Carolina, viajaron los pocos kilómetros que separan ambos municipios para no perderse este capítulo histórico. La distancia geográfica corta facilitó que la marea de fanáticos carolinenses se trasladara a Canóvanas, uniéndose con la entusiasta afición local. Lo que alguna vez fueron dos fanaticadas rivales – recordando la antigua rivalidad entre los Gigantes de Carolina y los Indios de Canóvanas en décadas pasadas – hoy alientan juntas al mismo equipo . En las gradas se pueden ver familias enteras, antiguos seguidores de los Indios mezclados con los Gigantes de siempre, todos vestidos con la camiseta gigante y compartiendo cánticos como si nunca hubiesen estado en lados opuestos. La pasión por el baloncesto ha derribado barreras municipales y ha creado una comunidad deportiva más grande.
Nueva casa: el Coliseo Carlos Miguel Mangual de Canóvanas
Encontrar un nuevo hogar en tiempo récord no era tarea fácil, pero Canóvanas abrió sus brazos de inmediato. La alcaldesa Lornna Soto Villanueva movió ficha rápidamente: desde inicios de febrero de 2025 sostuvo reuniones con la gerencia de los Gigantes y el presidente del BSN, Ricardo Dalmau, para concretar el traslado del equipo a su municipio . El resultado de esas gestiones es el Coliseo Carlos Miguel Mangual, ahora acondicionado como la flamante sede de los Gigantes de Carolina/Canóvanas. La colaboración entre el municipio, la administración del equipo y sectores privados y legislativos ha sido clave para lograrlo. Se invirtió cerca de $800,000 a $1,000,000 en remodelar y equipar el coliseo , con el fin de cumplir con los estándares del BSN y garantizar la comodidad de los asistentes.
Entre las mejoras realizadas al recinto deportivo se destacan:
- Nuevos asientos y graderías: se instalaron butacas nuevas en el área de courtside y palcos, además de gradas adicionales en la zona general , aumentando la capacidad y la comodidad para los espectadores.
- Modernización de instalaciones: se implementó un sistema de aire acondicionado de alto rendimiento, nueva iluminación y un moderno sistema audiovisual que realza la experiencia de juego.
- Áreas de servicio ampliadas: se agrandaron las oficinas administrativas y se creó un área VIP con balcón especial para abonados y auspiciadores, al tiempo que se renovaron las cantinas y se añadieron más baños para el público .
Todas estas mejoras han logrado que el nuevo coliseo cuente con las mismas comodidades del antiguo recinto en Carolina – e incluso más, según afirmó el propio Horta . De hecho, muchos fanáticos que asistieron al primer juego comentaron con agrado que el Coliseo Mangual luce “como nuevo” y que se siente tan acogedor como lo fue Guillermo Angulo en sus mejores días. La pronta intervención del municipio de Canóvanas fue crucial: en cuestión de semanas, transformaron la instalación en una cancha lista para baloncesto profesional. Además, pensando en la afición, se coordinó transporte público desde el centro comercial Los Outlets de Canóvanas hasta el coliseo , facilitando así la asistencia de seguidores y aliviando el tema de estacionamientos (la instalación cuenta con espacio para unos 600 vehículos). Estas medidas evidencian la buena gestión municipal de Canóvanas, que supo capitalizar la oportunidad y atender las necesidades tanto del equipo como de su fanaticada.
Ambiente eléctrico y comunidad volcada con el equipo
Si algo quedó claro en los primeros partidos en Canóvanas es que el espíritu del “Calentón” no desapareció; simplemente cambió de código postal. Dentro del Coliseo Carlos Miguel Mangual la atmósfera es eléctrica. “Va a ser una energía eléctrica. Esa energía que teníamos en Carolina definitivamente va a ser transmitida en nuestra nueva casa. Al final del día es la fanaticada quienes hacen el juego”, destacó Héctor Horta, reconociendo que el verdadero espectáculo lo crea el público con su energía contagiosa . Y sus palabras toman vida cada vez que los Gigantes saltan a la cancha: el retumbar de los tambores, las trompetas de la barra, los cánticos coordinados y los saltos de euforia tras cada canasto pintan una escena digna de playoffs en pleno inicio de temporada.
Los propios jugadores han manifestado su emoción por el cálido recibimiento. El dirigente del equipo, Carlos González, comentó que los jugadores “están sumamente entusiasmados… Finalmente tener una casa, por más grande o pequeña que sea, es un logro enorme y estamos bien contentos de cómo quedó y de saber que contamos con el apoyo de nuestra fanaticada” . Es evidente que esa conexión entre equipo y público se ha mantenido intacta. Cada mate del importado, cada triple del veterano, es celebrado con la misma pasión desenfrenada de siempre. Las gradas vibran al unísono, y en Canóvanas se escucha el eco de lo que antes retumbaba en Carolina: “¡Gi-gan-tes, Gi-gan-tes!” coreado por miles de gargantas.
La comunidad canovanense ha adoptado al equipo como propio en tiempo récord. No solo los fanáticos tradicionales de los Gigantes están allí; muchos residentes de Canóvanas, algunos de los cuales no vivieron la época de los Indios en los años 80, están experimentando por primera vez la emoción de tener un equipo de BSN en casa. “La ciudad completa tiene entusiasmo y algarabía luego de 34 años sin actividad del BSN aquí en Canóvanas” afirmó emocionada la alcaldesa Lornna Soto, enfatizando la alegría colectiva que se vive en el pueblo . Esa algarabía se siente en cada esquina: los comercios locales decoran sus vitrinas con motivos de los Gigantes, las escuelas organizan días de vestimenta deportiva, y la plaza de recreo del pueblo hasta transmitió el juego inaugural en pantalla gigante para quienes no consiguieron boletos. En palabras de un comerciante local, “hacía tiempo Canóvanas no se sentía tan vivo un jueves por la noche”.
Pérdida para Carolina, ganancia para Canóvanas
El contraste entre ambos municipios no podría ser más marcado. En Carolina, el Coliseo Guillermo Angulo permanece en silencio durante las noches que solían ser de juego. Muchos comerciantes carolinenses han expresado que extrañarán el flujo de personas que los días de partido llenaban los restaurantes y cafeterías aledañas. Más allá del impacto económico, Carolina pierde una fuente de orgullo y entretenimiento. Tras el campeonato histórico de 2023, la ciudad se había volcado con los Gigantes: eran su equipo, su alegría deportiva semanal. Ahora, ese vacío pesa en la psique colectiva de la ciudad. Las autoridades de Carolina no han anunciado planes inmediatos para retornar al BSN, y con la franquicia congelada indefinidamente, el futuro es incierto. No cabe duda de que la salida de los Gigantes es una pérdida significativa para Carolina, una ciudad con gran tradición deportiva que momentáneamente se queda sin representación en el principal baloncesto nacional.
Por otro lado, Canóvanas ha capitalizado la oportunidad con acierto. La llegada de los Gigantes significa no solo el retorno del BSN tras 34 años, sino también una inyección de vida para el pueblo. La administración municipal de Canóvanas, liderada por Soto, demostró visión estratégica al gestionar rápidamente el traslado: identificó la oportunidad de reactivar el baloncesto profesional en su pueblo y actuó para convertirla en realidad. Los beneficios se están viendo de inmediato: noches de coliseo lleno, promoción turística local, y una renovada identidad deportiva para un municipio que históricamente era apodado “Tierra de Indios” en el BSN. Ahora, en Canóvanas “todos somos Gigantes”, como reza un eslogan que se ha popularizado en redes sociales. La alcaldesa incluso bromeó al decir que espera que el equipo considere quedarse de forma permanente en Canóvanas , y ha insinuado estar dispuesta a seguir invirtiendo para que así sea. Por lo pronto, el equipo oficialmente competirá esta temporada bajo el nombre Gigantes de Carolina/Canóvanas, reflejando la unión de ambas comunidades en esta nueva era .
Un nuevo capítulo lleno de pasión
Lo que comenzó como una crisis se ha transformado en un nuevo capítulo lleno de esperanza para los Gigantes y sus seguidores. En Canóvanas, cada partido en casa se vive con la intensidad de una final, y los fanáticos – viejos y nuevos – han demostrado que la pasión por los Gigantes trasciende las fronteras municipales. La historia de los Gigantes de Carolina en Canóvanas apenas inicia, pero ya está marcada por imágenes imborrables: un coliseo repleto, banderas ondeando, niños con la camiseta del equipo pidiendo autógrafos, y dos pueblos unidos bajo un mismo grito de guerra deportivo.
Carolina, por su parte, llora la partida de su equipo, consciente de lo que perdió. No obstante, muchos de sus residentes también han optado por seguir apoyando a los Gigantes desde su nueva sede, rehusándose a dejar morir la tradición. Al final del día, la mística gigante la llevan en el corazón los fanáticos, no los ladrillos de un coliseo específico. Y esa mística sigue viva en Canóvanas: cada vez que los Gigantes encestan, retumba la memoria de Carolina y resuena la alegría de Canóvanas.
Con buena gestión, un apoyo multitudinario de la fanaticada y un equipo comprometido, los Gigantes están demostrando que su grandeza no depende de un municipio, sino de la unión indisoluble entre equipo y pueblo. El balón ya está en el aire en Canóvanas, y bajo su techo nuevo – pero con el mismo calor de siempre – los Gigantes juegan inspirados por una afición gigante que los acompaña en esta transición histórica. La temporada apenas comienza, pero algo es seguro: la pasión por los Gigantes se mudó a Canóvanas, y llegó para quedarse.
Fuentes: Baloncesto Superior Nacional de Puerto Rico, Primera Hora , Platea Puerto Rico , NotiCel , entre otros.
