Nueva York, NY – ¡Corillo, prepárense que esto nadie lo vio venir! 😱 Después de guiar a los New York Knicks a su primera final de la Conferencia Este en más de dos décadas, el dirigente Tom Thibodeau fue despedido este martes, dejando a medio Nueva York con la quijá por el piso.
Sí, así mismito como lo leen. El mismo coach que en solo cinco temporadas le devolvió la dignidad a una franquicia que andaba de capa caída desde los 2000, ahora quedó en la calle. Un bombazo que ya está sacudiendo no solo a los fanáticos neoyorquinos, sino a toda la NBA.
El viaje de Thibs: De salvador a chivo expiatorio
Thibodeau, quien había sido contratado en el 2020 para levantar a unos Knicks que daban lástima, no tardó mucho en hacer magia. En su primera temporada metió al equipo en los playoffs y hasta se llevó su segundo premio de Entrenador del Año. 🏆 Desde entonces, los Knicks han sido clientes fijos en la postemporada, incluyendo esta campaña donde eliminaron nada más y nada menos que a los Celtics, campeones defensores, en seis juegos pa’ colarse a la final del Este.
Pero ya tú sabes cómo es Nueva York: exigente, insaciable y con cero paciencia. A pesar de que los Knicks ganaron 51 juegos esta temporada y estuvieron a dos victorias de llegar a las Finales, la gerencia decidió que era momento de buscar un nuevo rumbo. El presidente Leon Rose fue quien dio la estocada final, claro, con la bendición del dueño Jim Dolan. 📝
“No podemos agradecerle lo suficiente a Tom por dejar el alma en este equipo todos los días. Lideró con clase y profesionalismo, logrando cuatro apariciones en playoffs y cuatro series ganadas,» soltó Rose en un comunicado, en lo que pareció más un besito de despedida que otra cosa. «Pero creemos que este es el mejor paso para nuestro futuro.»
Así, sin más ni menos, Thibodeau fue echado pa’l lado.
¿Por qué lo votaron?
La verdad es que la decisión dejó a más de uno rascándose la cabeza. Los Knicks no solo dejaron atrás su maldición de perder series de playoffs, sino que ahora eran considerados contendores serios en el Este.
El problema, según los rumores que corren por los pasillos del Madison Square Garden, es que algunos en la gerencia pensaban que ya Thibodeau había llegado a su techo. Alegan que su estilo “old school” —defensa a muerte, rotaciones cortas y minutos pesados pa’ sus estrellas— estaba pasándole factura a los jugadores, especialmente a figuras como Jalen Brunson y Julius Randle, que llegaron al final del playoff to’ remenda’os.
Por si fuera poco, aunque los Knicks cargaban con tremendo trabuco (con Karl-Anthony Towns y Mikal Bridges incluidos), no pudieron dar el paso final hacia las Finales, perdiendo la serie contra los Pacers 4-2. Un bajón que, al parecer, fue el último clavo en el ataúd de Thibs. ⚰️
El apoyo de los duros (y las celebridades)
Ni corto ni perezoso, Jalen Brunson salió en defensa de su coach cuando le preguntaron si pensaba que Thibodeau era el dirigente correcto para el equipo.
«¿En serio me están preguntando eso ahora?», dijo Brunson medio enchismado. «Claro que sí. ¡Vamos!»
Y no fue el único. Hasta el actor Ben Stiller, fanático rabioso de los Knicks, se fue a las redes sociales a tirarle flores al coach:
“Yo soy fan de Tom Thibodeau. Trajo de vuelta este equipo. Siempre estaré agradecido. Los Knicks son relevantes y contendores otra vez gracias a él.” 🎬🏀
Así que ya ven, Thibs no solo se ganó a los jugadores, sino también a las estrellas de Hollywood que se sientan en las primeras filas del Garden.
El legado de Thibodeau en la Gran Manzana
Aunque muchos lo tilden de ser un dirigente anticuado, hay que darle crédito: Thibodeau cambió el rumbo de una franquicia que había sido el hazmerreír de la liga. Antes de su llegada, los Knicks no ganaban una serie de playoff desde el 2013. Con él, ganaron tres en tres años consecutivos.
Además, su récord de 226 victorias y 174 derrotas lo coloca como el cuarto coach más ganador en la historia de los Knicks. Nada mal pa’ un tipo que empezó como asistente de Jeff Van Gundy en los gloriosos 90’s, esos años de pelea y defensa dura que los fanáticos de Nueva York extrañaban tanto.
Thibs es, en esencia, un hijo adoptivo de la ciudad: creció en Connecticut como fanático de los Knicks y, antes de ser coach principal, ayudó a los Celtics a ganar el campeonato de 2008 como asistente.
Ahora, con su salida, queda una vacante bien jugosa en uno de los banquillos más mediáticos de la NBA. Y como dice el refrán, donde unos ven crisis, otros ven oportunidad.
¿Y ahora qué?
La pregunta en boca de todos es: ¿quién será el próximo dirigente de los Knicks? Los rumores ya empezaron a sonar con nombres como Kenny Atkinson, Mike Budenholzer y hasta Becky Hammon, quienes podrían traer un estilo más moderno al equipo. 🤔
Pero cuidado, porque Nueva York es una plaza dura. Aquí no sirve cualquier técnico que venga con promesas de jugar bonito. Los Knicks necesitan a alguien que pueda manejar la presión mediática, la intensidad de los fanáticos y, sobre todo, las expectativas de una franquicia que no levanta el trofeo desde 1973.
¡Sí, chamaco! Medio siglo sin saborear un campeonato. 🏆😬
¿Se apresuraron los Knicks?
Hay debate, como siempre. Algunos analistas entienden que Thibs había llevado al equipo tan lejos como podía y que su estilo podía limitar el crecimiento a largo plazo. Otros creen que el equipo estaba en su mejor momento y que cambiar de coach ahora es jugar a la ruleta rusa. 🎲
Lo cierto es que Thibodeau tiene pedigree: en su carrera como dirigente suma 578 victorias y 420 derrotas, con dos premios de Entrenador del Año en el bolsillo. Además, su reputación como uno de los mejores estrategas defensivos sigue intacta. Así que no sería raro verlo al mando de otro equipo contender antes de que empiece la próxima temporada.
Nueva York, siempre dramático
Al final del día, estamos hablando de Nueva York. Una ciudad donde todo pasa a mil millas por hora y donde el drama nunca descansa. Los Knicks están otra vez en el ojo del huracán, y como buenos boricuas que amamos el espectáculo, aquí estaremos pegaditos viendo qué pasa.
Sea quien sea el próximo dirigente, tiene una misión titánica: devolverle a los Knicks el campeonato que llevan esperando desde los tiempos de Walt Frazier y Willis Reed. No es tarea fácil, pero en la ciudad que nunca duerme, soñar está de moda otra vez.
Así que pendientes, mi gente, que esto apenas comienza. 🔥🏀