Kalia Alvarado, una de las joyitas más duras del voleibol boricua, sigue demostrando que su futuro es tan brillante como el sol de Puerto Rico. A sus 18 añitos, esta nena de Arecibo ya se está haciendo un nombre grande en la cancha, y lo que viene pa’ ella es de otro nivel.
Con una madurez brutal y una ética de trabajo que no falla, Kalia no solo la rompe como opuesto en la Superior con las Pinkin de Corozal, sino que también se lució heavy representando a PR en las selecciones juveniles. No es casualidad que ya esté firmada para jugar en la Universidad de Alabama en Huntsville — allá va a meter mano en la NCAA División II como toda una guerrera boricua.
Desde chamaquita, Kalia soñaba con este momento. Empezó a darle a la bola en la escuela y rápido demostró que era otra cosa. Su salto brutal, su cañón en el ataque y ese hambre de ganar la han llevado a ganarse el respeto de veteranas y coaches por igual.
Este año en Corozal ha sido de puro aprendizaje, codeándose con leyendas de la malla alta como Stephanie Enright y Daly Santana.
Pa’ que tengan idea, esta temporada la jovencita ya ha dejado claro que es una amenaza en la cancha. Su potencia en los remates y su visión de juego son de las que no se enseñan: se nacen. La nena tiene flow, garra y una chispa que contagia a todo el equipo.
Su familia, especialmente su mamá, ha sido su motor en todo este viaje.
Ahora, con Alabama en el radar y un futuro que pinta grande, Kalia sabe que el trabajo duro apenas comienza y demuestra que va seguir fajándome, representando a Puerto Rico donde sea que esté y poniendo la bandera en todo lo alto.
Y si algo es seguro, es que con esa actitud y ese talento, ¡lo mejor de Kalia Alvarado apenas está por comenzar! 🇵🇷🔥
Fuente: El Nuevo Día
